El abuso sexual ocurre cuando un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder. El abusador utiliza al niño o adolescente a través de engaños o por la fuerza, para estimularse sexualmente él mismo, estimular a la víctima o forzarlo a que estimule a otra persona.